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Mostrando las entradas etiquetadas como Lírica

Adornos

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El tiempo se descongela en una caja de cartón. Dormito hasta que veo una luz tras oír el sonido de un cuchillo rasgando el adhesivo. Dos manos acarician mi castillo áspero. Se abre de par en par para que ella lo visite. Son  mis aposentos,  y ella aparece con dos ojos curiosos y apagados. Desde muy niña lo hace. Sin avisar.   Será que decidió en su día ser mi chambelán, será que es cierto que cuando dormito, el pasto helado por el rocío no cruje como debería, ni la vida se lleva a cabo sin mi cetro y sin mi joyería. Ella me busca con cuidado de no despertar a todo el servicio, y me señala el camino hacia las montañas verdes. Sus dos hexágonos tintinean desprovistos de felicidad mientras me veo siendo acariciado. Todo ha cambiado alrededor. Ciertamente, nada es lo que antaño era: las guirnaldas coloridas del reino han sido suprimidas. La chimenea ya no está, y se ha llevado consigo dos calcetines gruesos que enfundaban espadas blancas y rojas. Las luces de las antorc...

El hierofante

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—Te has acordado de mi cumpleaños…

Te recuerdo

 Te recuerdo esta noche porque son las noches  las que me despiertan. Me seducen y aprietan, y me llevan adonde un recuerdo te grita el eterno reproche.

La muerte, la bailarina y el arlequín

"Tú piensa con ese cuchillo en tus venas cual si fueras Dios que destruye o que crea, a un palmo o a dos, con la sangre alterada, el alma apagada, llenita de pena.

Respuestas

Cuando me pregunta el alma yo me enciendo la guitarra. Cual si un infante y si a la de ya, que el tiempo no para; me tardas. Respuestas, soltándome amarras: ¿Para ti qué es amar? Es una tarde otoñal con nuestros cuerpos tapados mientras descubro su ser en dos mofletes rosados. En sus labios la vida mientras muero por dentro, acercándome lento y planteando la huida.  Esa excusa de un instante para verla antes de perder el norte; que las cuerdas me insoporten.  Que el traste pierda textura,  que me cueste el entonar,  la cantata en "Sol naciente",  de esa tarde decreciente en la que ella ha de marchar... Cuando me pregunta el alma yo me enciendo la guitarra con sus ojos lazaritos.  Y el oscuro se hizo un hombre.  Y yo aún sigo chiquito persiguiéndola en un sueño y retornando en el recuerdo... "Los mofletes que le vi... " Cuando me pregunta a mí,  es cuando ya alma ni me queda.  Vaya plan que me avías,  tana arrabalera...  ¿Qué respues...

Libre

A la libertad le pido una canción y una guitarra Un puchero que dé al alma una razón para seg uir . Una voluntad de hierro, y hierro en sangre pa' la pluma, de aquellas tantas que cubrí la luna, de este demonio carmesí. El antifaz, la picaresca, algarabía... Que sin salero en la playa, la marea no seguía ese timbre alrededor de mi garganta. Y por pedir ya no me espanta a mí pedirme un poco más, que de pedirte me di cuenta que en verdad pedía nada y cada hebra a aguja fina que le hilo a otro tic tac, no me deja de contar cuánto queda a mi ruina. Decirme "guapo, fuerte, que tú puedes, que este mundo no se quede sin tus rizos de gitano, y si algún día te cortan las manos, es porque tu madre ya ha dicho que recibas solamente" Ya que el café hacia el campo se desprenda desde el cielo y pisando firme el suelo no volver a hacerte un canto. La libertad, solo una, de todos y ya. No volverme a c...

Vuela libre

Tal es Notre Dame a un amante del fuego... Llegando hacia ti con la aguja del tiempo. Entrando por fin con el alma galana, la tez santiguada en tu estrellado templo.

The free

Música libre, tono imperfecto. Débil compuesto primaveral. Compás de fuego. Timbre escarchado. Edén creado desde un nogal.

La Valentina

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La valentina que yo concibo, nunca fue niña ni es mujer. No va a ser hembra sin feminismo, e igual lo mismo ni va a nacer.

El defeso

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Cuando el sol sangró otro día el heraldo campaneaba. Saber se hace esta mañana que nos príncipe saltó. Pueblo mío, que es de nadie, de nadie más que de uno mismo, tres noches he pasado en el abismo, y aquí me hallo en el balcón. Porque a quien tenéis presente no gobierna. Tiempo ha que el patronazgo lo ostentó su cara tierna... Sus espejos del azul claro y salvaje. Varias astillas del coraje de afrontar el devenir, viendo cómo la luna surca rutilante las cortinas, me araña con profunda inquina y, obligándome a escribir: déjame este para mí, que ella nacerá en la esquina... La niña, la princesa, la arrogante; la ternura en un semblante que me enamoró en la playa. La mujer, la más bruja y deshonesta; qué bien que parta de mi testa y al final nunca se vaya... Poesía disfrazada en sus dos pechos de hada albina... Mi rosa alejandrina, ahí va el tiempo que he perdido... Hizo saber el heraldo de suelo a balcón. La campana resuena. El sol ya sangró, al i...

Tú en mí

Cuando te diga, niña escondida, pluma manida, blanca y marrón.  Cuando te cuente cuánto te pienso, en mis zapatos, siendo un tal "yo".

Por fin...

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La noche que dije que al fin me importabas. La noche anterior al carbón de la hoguera, pidiendo perdón con la boca achicada. San Juan se quemaba en la noche altanera.

La nuit

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¿Qué te parecen mis pliegues? No lo sé.

Un circo...

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¡Ay, tiempo absoluto, divino tirano! Delgado bufón que amamantas esclavo, en un malecón, a una aguja afilada, de espinas clavadas en el minutero.

Más completo que un poema

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¿Qué es poesía? Dices mientras clavas mi pupila en tu pupila azul...

La mujer

La mujer que atraviesa el cristal de mi cama cuando mi mente lo hace entre flechas de sueño. La mujer que su día lo afronta de esclava. Y la otra que es tan libre que se cree la ama del mismo capital, que en verdad es el dueño. Mujer, de nombre de hombre, de lucha y empeño, que es la única capaz de darle de una vez mujer al nombre de mujer.

Esos labios

Esa textura carnosa que conviertes en símbolo cada vez que tus raíces hacen de tus ramas viento y voz.  Susurro y silencio. Acción, contracción.  Cada vez que se acercan a mí al pasar y dejan en mis vellos tornado candente. Cada vez que encumbran a la sabiduría, que me encumbran a mí cuando piso, de paso, tus mundos. Pensando en la poesía porque todavía no sé qué es.  Te idealizo. Me encantas. Me encanto. Creo que encantas. Desconfío. Cuando veo brillante marfil y tus comisuras me sonríen. Y yo sonrío sin saberlo y muerdo los míos inconscientemente. No hay conciencia cuando sobra el raciocinio. Somos conscientes de ello, porque me muerdes, somos libres. No, miento. Eres libre. Yo no tanto. Termino...

Otro catorce...

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De la oscuridad infinita, moviéronse del alfarero sus dos manos cuasi tenues y marchitas, de luz que partió con el verbo primero.

Birlibirloque

Anoche vino un cuervo de nieve recuperado, de la embestida descontrolada de un frío invierno, y de un veneno que recordé medio adormilado, de un tiempo atrás que sacaba versos de mis infiernos.

Cienciología

De tanto estudiar cada impulso en tus ojos. Acción, contra-acción, del iris de tu mente. Tus pecas al sol, esculpiendo en la mía, con los buenos días y un beso en la frente. Del beso al estudio, un impulso inconsciente, con un método racional, que le dé el concepto ideal a la rosa textura de tus labios en posición recostándose al son de un chirrido genuino, y mientras notar que mi piel se me eriza a la vez que sin querer se desnuda. De tocar y de experimentar, y con la alquimia obtener un elemental vibrato al fin, cuando sueltas tu pelo y entra en la ventana el viento del mañana esculpiendo al aire, con cada cabello, de punta a raiz, un léxico al cual la lógica ni le pregunta cuando pega fuerte. Y así siempre me despierte, porque me sobra hasta a mí... La fisión de nuestros compuestos. Un petardazo en la cama, elevado contigo el cuerpo a la potencia del alma... Descubrir nuestros logaritmos mientras despejamos dudas. La ecuación nos dará lo mismo si...