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Mostrando las entradas etiquetadas como Ensayo

Libre

A la libertad le pido una canción y una guitarra Un puchero que dé al alma una razón para seg uir . Una voluntad de hierro, y hierro en sangre pa' la pluma, de aquellas tantas que cubrí la luna, de este demonio carmesí. El antifaz, la picaresca, algarabía... Que sin salero en la playa, la marea no seguía ese timbre alrededor de mi garganta. Y por pedir ya no me espanta a mí pedirme un poco más, que de pedirte me di cuenta que en verdad pedía nada y cada hebra a aguja fina que le hilo a otro tic tac, no me deja de contar cuánto queda a mi ruina. Decirme "guapo, fuerte, que tú puedes, que este mundo no se quede sin tus rizos de gitano, y si algún día te cortan las manos, es porque tu madre ya ha dicho que recibas solamente" Ya que el café hacia el campo se desprenda desde el cielo y pisando firme el suelo no volver a hacerte un canto. La libertad, solo una, de todos y ya. No volverme a c...

El defeso

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Cuando el sol sangró otro día el heraldo campaneaba. Saber se hace esta mañana que nos príncipe saltó. Pueblo mío, que es de nadie, de nadie más que de uno mismo, tres noches he pasado en el abismo, y aquí me hallo en el balcón. Porque a quien tenéis presente no gobierna. Tiempo ha que el patronazgo lo ostentó su cara tierna... Sus espejos del azul claro y salvaje. Varias astillas del coraje de afrontar el devenir, viendo cómo la luna surca rutilante las cortinas, me araña con profunda inquina y, obligándome a escribir: déjame este para mí, que ella nacerá en la esquina... La niña, la princesa, la arrogante; la ternura en un semblante que me enamoró en la playa. La mujer, la más bruja y deshonesta; qué bien que parta de mi testa y al final nunca se vaya... Poesía disfrazada en sus dos pechos de hada albina... Mi rosa alejandrina, ahí va el tiempo que he perdido... Hizo saber el heraldo de suelo a balcón. La campana resuena. El sol ya sangró, al i...

Ciclo

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Enmaraña la fe y dale a un pueblo una religión de terror y de revancha.

Un circo...

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¡Ay, tiempo absoluto, divino tirano! Delgado bufón que amamantas esclavo, en un malecón, a una aguja afilada, de espinas clavadas en el minutero.

La mujer

La mujer que atraviesa el cristal de mi cama cuando mi mente lo hace entre flechas de sueño. La mujer que su día lo afronta de esclava. Y la otra que es tan libre que se cree la ama del mismo capital, que en verdad es el dueño. Mujer, de nombre de hombre, de lucha y empeño, que es la única capaz de darle de una vez mujer al nombre de mujer.

Otro catorce...

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De la oscuridad infinita, moviéronse del alfarero sus dos manos cuasi tenues y marchitas, de luz que partió con el verbo primero.

Terror nocturno

Hay noches terroríficas. Noches en las que adviene un sentimiento primerizo que te señala que el ser humano duerme consigo mismo y su soledad todas las noches por mucha compañía que le hagan.  Si el demonio te llama con una sonrisa macabra y ojos vueltos de sí desde la puerta de la habitación, no habrá nadie que te defienda de la parálisis; del miedo que da vérselo contorsionándose al paso en que recita uno a uno tus defectos y el tiempo que has consumido.  La frustración cuando se vuelve juguetón y te pregunta si quieres saber cuánto te queda y qué objetivos verás cumplidos para cuando se agote. El ego helando la habitación de un frío yermo y paranoico que te instiga a que te unas a un vórtice de lágrimas e impotencia al no hallarle el sentido a nada. Y la ansiedad te vence. Te asfixia. Estrecha las paredes, por lo que el único abrazo que recibes te sabe a piedra. La única señal de comprensión. Roca infranqueable. Y crees que escribir te salva de la agonía, pero acab...

Hoy

Hoy creo. Hoy me siento bien. Realizado. Hoy considero que soy capaz de cambiar el mundo con sólo un argumento, breve y conciso; con sólo una mirada, con sólo la energía que yo he sido consciente de crear en mi interior. Aplicar mis propios filtros y decirme a mí mismo: ésto quiero conseguir. Y lo consigo, y la tierra tiembla y se tambalea y mañana ya no es un ayer perpetuo, represivo y hastioso. Llega el día en que llego a ser plenamente consciente de mi grandioso potencial y lo uso para el bien común, para la solidaridad, para la lucha pacífica, para el amor al prójimo. Y mañana me creo que este momento no ha sido una quimera y sigo en la misma dinámica, con los mismos proyectos, con el mismo apoyo y el mismo reconocimiento personal, pero con el matiz de que cada vez llego un pelín más a alcanzar mis metas. Soy grande. El mundo se me hace pequeño. Yo lo ensancho y que quepamos todos, porque un día me iré y se quedará el mensaje, y eso es lo que habrá importado. Una c...

Felices veinti(ñeh)'s

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Todos somos conscientes de que somos prescindibles.  ¿O quizás no?

Son cosas de niños...

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[Perspectiva expresa del Autor.] En una plaza de abastos... -¿Qué cómo está mi niño? ¡Muy bien! Es muy listo. Sabe de todo. Es normal… Todos los días le levanto temprano para que vaya a la escuela y cuando llega me come rápido porque después le pongo de tres a cuatro a estudiar y hacer la tarea que le han mandado para casa.  >>De cinco a seis tiene clases particulares por si se le atraviesa algo, además de inglés, alemán y chino “mandarina” todo rebujado y exprimido, porque mi niño va a estudiar y vivir en el extranjero y va a sacar de pobres a sus padres, ¿sabes?  >>De seis a siete tiene karate o aikido según sea martes y jueves o lunes, miércoles y viernes. De siete a ocho le llevo a natación. ¿Qué para qué? Bueno, para que no sufra de la espalda como su madre y como su padre, que están hartitos de trabajar, aunque en confianza te digo que es para que no esté en casa dando por culo. De ocho a nueve no tiene nada, pero no te preocupes que yo le siento para...

A mi hijo

Ven aquí… Deja que te cuente, mi niño, una historia que abuela en la gloria a papá le contaba. Que un muerto es más sabio que un vivo en la calle, y tenía el detalle de hacerlo bajito cuantito soñaba… Y era un niño pastor que jugaba a ser Dios con las nubes al viento, dibujando monumentos de blanco algodón. A él no le faltaba más que una simple pelota para acostarse libre como una gaviota. Y el niño despertó un día y ya no creía porque era grande, porque más grande que las gaviotas eran sus gobernantes. Rateros y grifotas. Y el grande del niño huía porque sabía que si pensaba e imaginaba volar, las hienas las alas le cortaban… Y le ponían cadenas… Ven aquí… Deja que te cuente, mi niño, la historia. Abuela en la gloria y mamá con tu cuna, para que la Luna te guarde las noches y vueles igual como lo hacía tu padre. Ya sea en papel, la música, el encuadre al lienzo el sexto sentido…  Pintar ese cohibido sueño de lib...

Light of Summer Judgement

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San Lorenzo llora . Sus lágrimas vierten estelas de nieve que se precipitan en los ojos de los que miran el cielo nocturno que inspira nostalgia, deseos, nuevos propósitos, poemas, canciones, y otras miradas que conforman el preludio de un acto en el cual los labios se funden y danzan bajo la luz de las estrellas.

Lonely St.

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Quiero que llueva. Es más, quiero que truene. Que la carretera se inunde, que las gotas caigan como cuchillos, que los árboles huyan con los gatos, que los coches queden vetustos e inutilizables al instante, que las farolas chisporroteen de rabia incontenible, que el viento brame con fuerza y que la noche no sea tan ella misma sin esa tela acribillada de punzadas redondas que deja entrar la luz.