Esos labios

Esa textura carnosa que conviertes en símbolo cada vez que tus raíces hacen de tus ramas viento y voz. 

Susurro y silencio. Acción, contracción. 

Cada vez que se acercan a mí al pasar y dejan en mis vellos tornado candente. Cada vez que encumbran a la sabiduría, que me encumbran a mí cuando piso, de paso, tus mundos.

Pensando en la poesía porque todavía no sé qué es. 
Te idealizo.
Me encantas.
Me encanto.
Creo que encantas. Desconfío.

Cuando veo brillante marfil y tus comisuras me sonríen. Y yo sonrío sin saberlo y muerdo los míos inconscientemente. No hay conciencia cuando sobra el raciocinio. Somos conscientes de ello, porque me muerdes, somos libres. No, miento. Eres libre. Yo no tanto.

Termino...



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