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Otro catorce...

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De la oscuridad infinita, moviéronse del alfarero sus dos manos cuasi tenues y marchitas, de luz que partió con el verbo primero.

Birlibirloque

Anoche vino un cuervo de nieve recuperado, de la embestida descontrolada de un frío invierno, y de un veneno que recordé medio adormilado, de un tiempo atrás que sacaba versos de mis infiernos.

Cienciología

De tanto estudiar cada impulso en tus ojos. Acción, contra-acción, del iris de tu mente. Tus pecas al sol, esculpiendo en la mía, con los buenos días y un beso en la frente. Del beso al estudio, un impulso inconsciente, con un método racional, que le dé el concepto ideal a la rosa textura de tus labios en posición recostándose al son de un chirrido genuino, y mientras notar que mi piel se me eriza a la vez que sin querer se desnuda. De tocar y de experimentar, y con la alquimia obtener un elemental vibrato al fin, cuando sueltas tu pelo y entra en la ventana el viento del mañana esculpiendo al aire, con cada cabello, de punta a raiz, un léxico al cual la lógica ni le pregunta cuando pega fuerte. Y así siempre me despierte, porque me sobra hasta a mí... La fisión de nuestros compuestos. Un petardazo en la cama, elevado contigo el cuerpo a la potencia del alma... Descubrir nuestros logaritmos mientras despejamos dudas. La ecuación nos dará lo mismo si...

Terror nocturno

Hay noches terroríficas. Noches en las que adviene un sentimiento primerizo que te señala que el ser humano duerme consigo mismo y su soledad todas las noches por mucha compañía que le hagan.  Si el demonio te llama con una sonrisa macabra y ojos vueltos de sí desde la puerta de la habitación, no habrá nadie que te defienda de la parálisis; del miedo que da vérselo contorsionándose al paso en que recita uno a uno tus defectos y el tiempo que has consumido.  La frustración cuando se vuelve juguetón y te pregunta si quieres saber cuánto te queda y qué objetivos verás cumplidos para cuando se agote. El ego helando la habitación de un frío yermo y paranoico que te instiga a que te unas a un vórtice de lágrimas e impotencia al no hallarle el sentido a nada. Y la ansiedad te vence. Te asfixia. Estrecha las paredes, por lo que el único abrazo que recibes te sabe a piedra. La única señal de comprensión. Roca infranqueable. Y crees que escribir te salva de la agonía, pero acab...

Fuegos lejanos

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Fuegos lejanos que reverberan sobre la leña agrietada tratando de acariciar las estrellas ayudados del viento cálido.