Lullaby

¿Sabes? Antes de morir, tu abuela me contaba historias curiosas cuando soplaba fuerte el levante. Era como si la cordura le viniese de pronto. Se acordaba de mí, se acordaba de papá, se acordaba hasta de su estado, y de que quedaba poco para que se fuera, aunque parecía no importarle.

La arropaba como me arropas tú ahora y miraba por la ventana detenidamente. No veía nada, a causa de la contaminación lumínica. Pero... Se quedaba absorta en el ruido que hacía el viento, como si esperara que pasara a verla. Fijaba sus ojos en su propio horizonte y yo le observaba, hasta que de pronto volvía en sí, tan risueña y cuerda como lo era antes de enfermar. 

Me sonreía y me decía: 

"Sonya, el viento no aúlla porque sí. Tiene su propia razón de ser, como la naturaleza. Si te fijas es como un bebé. Llora porque su ego le dice que debe sobrevivir, y la mejor manera de hacerlo sin valerse por sí mismo es entonar el llanto hasta que venga la mamá. Refuta la realidad que le ha tocado vivir bajando desde arriba, desde un plano de existencia superior.

Hacia los pechos de la tierra. Y mece la arena, las hojas, el rocío, los cimientos de las casas. Hace refunfuñar a las colinas, así como refunfuñan los hermanos cuando el pequeño hace más ruido de la cuenta. Arremolina el polvo de la acera y hace tambalear las farolas. Luego pasa... Abre la ventana, ¿quieres? Gracias. 

Luego pasa por las ventanas y se lleva las hojas de papel, la ropa colgada, un ventilador apagado, dos canicas en la estantería, los pelos de quien duerma y las sábanas de quien quede despierto.
Es un bebé. Una vez la tierra le amamanta y se le calma el berrinche, los segundos hacen que corra hacia el sueño. Éste no rechista, habida cuenta de que regresa de donde vino sin saber con certeza si volverá. Y es que ni se lo plantea.

Lo más cierto de la experiencia traumática por la que pasa el bebé es tener toda la vida por delante y estar aún cerca de la muerte, y dejar en manos del llanto la posibilidad de que un alma con todo el amor incondicional le mantenga con vida.

De hallar en ella a una madre a la que decir adiós con la paz que le es natural. Y es así como el viento desaparece y va hacia la luna en la noche cuando llora, sin el ego que le decía vivir, y al fin es arropado."

Deja la ventana entreabierta esta noche y dame un fuerte abrazo, cariño. Parece que el levante está hoy revoltoso, ¿no? Es tiempo de canciones de cuna. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Son cosas de niños...