Amantes en la playa

- Él deja de mirar las nubes y gira la cabeza hacia ella. Llama su atención acariciándole el muslo con su dedo meñique. Tiene la piel de gallina. Está a punto de tiritar. ¿Crees que podría dejar de besarte?

- Ella abre los ojos. Gira la cabeza. ¿Qué? Esboza una leve sonrisa. La mirada apunta a sus labios.
- Eso. Se observan.
- Pero, ¿por qué lo dices?
- No sé.
- Ah, vale.
- ¿Lo crees? Mira a sus labios, los acaricia. 
- Ella sonríe con complicidad. No sé.
- Ah, vale. Lo dice en tono sarcástico. Observa las nubes, indiferente.
- ¡No me seas tonto! Se inclina hacia él, lanzándole arena con sus pies. Posa la cabeza en su pecho.
- Habló la que está en bolas...
- Tú también lo estás. Acaricia su ombligo; mira hacia el crepúsculo. Él le masajea cabeza; sigue observando el cielo anaranjado.
- Porque comparto tus locuras.
- ¿Crees que hacer el amor es una locura?
- ¿Crees que podría dejar de besarte? Él le da la espalda. Se coloca en posición fetal. Se resguarda del frío.
- ¡Jajajaja! Ella le abraza. Venga, va, ahora en serio. ¿Crees que es una locura hacer el amor?
- Acabas de tirar los móviles al agua, no saben éstos que estamos a tomar por culo en una playa y no tenemos medios para regresar...
- Le besa continuamente la espalda. ¿Y?
- Estaba contestando a tu pregunta, porque yo sí soy educado y contesto a lo que se me plantea...
- Sonrisa irónica. ¿Quieres decir con eso que es una locura hacer el amor? Le da un pequeño mordisco.
- ¡Ay! Reacciona dándose la vuelta. Agarra las muñecas de la chica y las pone contra la arena. Sus caras a veinte centímetros. Está serio. ¿Crees que podría dejar de besarte?
- ¡Idiota eres! Ella se ruboriza, cierra los ojos y ríe.
- Ya ves... Sigue serio. Enfoca la vista en sus blancos colmillos.
- ¿Quieres decir eso o no?
- No del todo.
- Abre los ojos; trata te ser seria. ¿Podrías ser más explícito, por favor?
- Suelta una carcajada. ¿¡Ahora eres una chica educada!?
- Vuelve a cerrar los ojos. ¡Idiota! Le saca la lengua.
- Libera sus muñecas. Apoya las manos en la arena y va bajando lentamente hacia sus pechos. Hacer el amor en sí no resulta una locura. Lo que verdaderamente es propio de los locos es ser consciente en todo momento de lo que se hace; tratar de (besa su pecho izquierdo) no... dejarse...(besa el derecho) ...llevar... (baja a la zona del diafragma) por... (besa el centro del diafragma) los... (baja hacia el ombligo) sentidos... (besa el ombligo) por lo que... (se dispone a seguir bajando)
- ¡Uhm! Ella se retuerce, mordiéndose los labios. ¡Se me pone filósofo!
- Inclina la cabeza. Observa su rostro ruborizado. ¿Quieres que te termine de explicar?
- Abre los ojos de repente. Golpea sus brazos y pierde el equilibrio. Toma su cara. Veinte centímetros de nuevo. ¿Crees que podría dejar de besarte? Hace un ademán propio del ósculo.
- Estás loquísima...

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