La Musique Des Libertins


Ponle sonido a tu canto
y un canto a la música del corazón.
En el papel las palabras que sepas
que el viento no vaya a querer.

Ponle sonido a tu canto
si ves que el espanto te augura la suerte
de no hallar espejos donde puedas verte
sin querer llorar...

Uno que dé a un hogar
con olor a puchero;
a portón sin cerrar,
a ropita tendida;
a currelo, a blusón
de flamenca y romero;
a la abuela dormida
en el cuarto de estar…

Uno que tiemble a la mar
cuando al cantar las golondrinas
hablen del monzón de Abril;
la puesta añil, la Luna albina;
barcos, la arena, la sal,
mi libertad… Mi alma marina…

Uno que quite el aliento
y lo lleve hacia el Sur
p´ aguantar al Norte.
Uno que tenga su porte,
pero que esté hecho de calle.
Uno que tenga el detalle
de terminar con amor.

Uno que esconda cordura
en un loco repertorio
y que lleve al auditorio,
sin moverse de la silla
al País de donde vengo,
de guardianes y centenos,
donde el tedio vale menos
que todas sus Maravillas.

Donde el canto es diferente
porque no vale dinero.
Donde te canta el primero
que no sabe qué ha cantado,
mas lo hace libre y hechizado.
Donde el bemol se escapa de la partitura.

Ese canto de andadura
por la senda del pecado
donde el beso que has robado
te lo regalan con otro…
Uno que sea tan Yo
que también Tú lo seas tanto
que ya sólo quede crear poesía
para ponerle sonido a tu canto,
tu música, mi corazón…
… ¡Nuestra rebeldía!

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